Esta semana queremos hablaros sobre cómo debemos cuidar nuestras gafas para que nos duren más tiempo.
En primer lugar, la limpieza de la gafa debe realizarse siempre con agua y jabón, evitando detergentes o jabones muy agresivos para evitar dañar el tratamiento de las lentes (si utilizamos lavavajillas, este debe estar muy diluido y no debemos dejarlo mucho tiempo). Al limpiar las lentes en seco, nos arriesgamos a que cualquier arenilla o mota de polvo las raye y estropee pero, ante una urgencia, lo mejor es utilizar una bayeta específica o un trapo de algodón.
Por otro lado, las gafas deben guardarse en su funda, no debemos llevarlas colgadas o como diadema constantemente ya que se deforman y corren mayor riesgo de caída o rotura. Además, es importante no dejarlas en superficies donde podamos apoyar objetos o sentarnos.
Otra recomendación es no dejarlas en el coche cuando este está sometido habitualmente a fuertes cambios de temperatura (mucho frío o mucho calor). Los materiales de las gafas pueden sufrir pequeñas variaciones con los cambios de temperatura y eso puede provocar daños tanto en las lentes como en las monturas. Lo ideal es que, la gafa que dejemos en el coche, sea antigua o una gafa que tengamos de repuesto.
Todas las gafas tienen garantía de defecto de fábrica pero debemos cuidarlas para evitar los posibles daños producidos por un uso incorrecto de las mismas. Ante cualquier duda, debemos acudir a nuestro centro óptico de confianza para que nos ayuden a darle el mejor cuidado a nuestras gafas.